¿Por qué decidió ser candidato?
Por una necesidad de involucrarme, de participar, de pasar de la catarsis que uno hace cuando analiza la política. De alguna manera si el hombre llegó a la luna, nosotros podríamos hacer algo para cambiar esta realidad hostil.
¿Por qué el interés de que se acerque gente apolítica a su partido?
La mayoría de la gente no está en política o no le interesa la política, y esa disociación que existe entre la política y la mayoría de la gente es la que nos ha llevado a estar como estamos. Hay que tratar de diseñar dentro de los partidos políticos mecanismos que incentiven y seduzcan a esa gente para que se arrimen a partir del aporte de cuestiones intrínsecamente ligadas a sus necesidades y no con lo que uno quiere que aporten. Porque si vos vas a un lugar y te piden que hagas tal o cual cosa y está fuera de tus posibilidades, te quedás en el simple hecho del voluntarismo. Entonces, si hacemos el ejercicio inverso de tratar que la gente nos diga qué es lo que puede hacer, uno puede diseñar mecanismos a través de una red de fluencias y de personas que puedan transformar en multiplicaciones ese pequeño aporte que puede hacer cada uno en términos intelectuales o de ‘banco de tiempo’.
¿Qué modificaciones cree pertinentes para la ciudad?
Está claro que el centro de Rosario tiene un tamaño que no le permite seguir absorbiendo la demanda en términos edilicios y de vehículos. La única manera de resolver esta situación es generando o recreando en otros puntos de la ciudad esas cuestiones que hacen que la gente quiera venir al centro, no solamente para vivir sino también para circular. Esto tiene que ver con el planeamiento, con la seguridad, con situaciones que debe generar la administración pública para que la gente opte por ir a otro lugar en vez de venir siempre para el centro.
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