Estos últimos días han estado convulsionados por el distanciamiento de Schoklender de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo y usted dijo que esta banda la lidera Hebe de Bonafini junto a Julio de Vido.
Los jefes de esta operatoria son Bonafini y de Vido porque los recursos han salido siempre del Ministerio de Obras Públicas de la Nación sin ningún tipo de licitación ni control alguno, para luego ser entregados a la Fundación. Detrás de toda esta cuestión se esconde lo que la población ya conoce: los sobreprecios, la corrupción, los malos manejos.
El año pasado en entrevista con Sin Cadena dialogó sobre el tema de las viviendas sociales y la malversación de fondos.
Hace aproximadamente tres años que venimos denunciando estos malos manejos en la más absoluta soledad y nos parecía inaceptable semejante grado de corrupción.
¿Usted cree que Schoklender era un chivo expiatorio?
Es un ladrón pero, en esta operatoria, es el perejil de una banda. El problema no es que alguien se horrorice por la compra de un yate de dos millones de pesos o porque se haya gastado un par de millones en una Ferrari, sino que la cuestión de fondo es que la operatoria es multimillonaria.
En la interna de las elecciones a gobernador pudo sacar la cantidad de votos necesarios para ir a las definitivas, ¿hacia dónde va a apuntar su estrategia electoral frente a estos dos meses que quedan de campaña?
La primera cuestión es defender a Santa Fe, defender al federalismo frente al saqueo del gobierno nacional. Hoy Sante Fe es la que mantiene y provee a Buenos Aires y a pesar de que existen un montón de programas desde la nación, aquí no llega nada. Puntualmente existe un programa laboral que se llama “Argentina Trabaja” en el que se otorgan 1240 pesos por mes a 300 mil personas, pero en Santa Fe no hay uno solo beneficiario que lo esté percibiendo.
¿Su estrategia apunta a ganar los 100 mil votos anulados y en blanco que hubo en las internas?
En toda la provincia fueron alrededor de 380 mil personas las que votaron en blanco o anularon sus votos y en el caso de Rosario fueron 106 mil. Lo que están expresando esos votos es la bronca de la gente al ver una dirigencia que está más preocupada en ellos que en el conjunto de la sociedad. Es el voto de los indignados, puesto que casi uno de cuatro santafesinos eligió votar en blanco o anular el voto.
¿Cómo es su relación con Alberto Rodríguez Saá?
Nosotros quisimos formar un frente entre cuatro partidos nacionales y nueve partidos provinciales para que le dipute el campo al kirchnerismo, porque vemos que el resto es tan conciliador con los Kirchner que prácticamente no existe una oposición que se le plante. En ese marco se acordó entre todos llevar la candidatura de Alberto Rodríguez Saá a presidente.
¿Qué cree que le puede aportar al país Rodríguez Saá luego de gobernar tantos años a San Luis?
San Luis tiene una población de alrededor de 450 mil habitantes, proporcionalmente es pequeña en cuanto a cantidad de habitantes en relación con otras provincias, pero se ha desarrollado un manejo de prolijidad y de orden que es superior al resto del país. El desarrollo va desde la educación hasta la vivienda, desde el trabajo hasta la cuestión de la minería.
¿Fue tentado alguna vez por el gobierno nacional tal como ocurrió con D’ Elía?
El 11 de junio de 2003, 16 días después de la asunción de Kirchner, nos invitó a la Casa Rosada y yo tenía miedo que después quedara registrada una foto con un abrazo que luego no pudiera explicar. En esa oportunidad, él nos planteaba que nos integremos como funcionarios de Desarrollo Social de la Nación pero nosotros nos negamos y luego la persecución fue atroz. Para él era inconcebible que se le dijera que no. El gobierno kirchnerista no tiene perdón con las cosas que nos ha hecho.
¿En algún momento recibió amenazas de muerte?
Sí. En 2005, seis de los compañeros de la Dirección Nacional estaban encarcelados entre el Gran Buenos Aires, Capital, Santa Cruz y Salta.
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